Son aquellos
fenómenos en los que intervienen la dinámica y los materiales del
interior de la Tierra o de la superficie de ésta son denominados
fenómenos geológicos, los cuales, para nuestros fines, pueden
clasificarse de la siguiente manera: Sismicidad, vulcanismo, tsunamis y
movimientos de laderas y suelos. Estos fenómenos han estado presentes a
lo largo de toda la historia geológica del planeta y, por tanto,
seguirán presentándose obedeciendo a patrones de ocurrencia similares.
La Sismicidad y el vulcanismo son consecuencia de la movilidad y de las
altas temperaturas de los materiales en las capas intermedias de la
Tierra, así como de la interacción de las placas tectónicas; se
manifiestan en áreas o sectores bien definidos.
Con
el paso del tiempo y el aumento de la población, las corrientes
superficiales de agua se vuelven insuficientes para el riego agrícola y
el consumo humano, por lo que se recurre a extraer, cada vez en mayor
proporción, agua del subsuelo. Como consecuencia de esto, el terreno
presenta gradualmente hundimientos y agrietamientos locales y regionales
que llegan a afectar seriamente las edificaciones y la infraestructura.